Periodos.

"Atravesaba un bache muy jodido. Vamos, estaba en el puto hoyo y me dio por jamar de forma desaforada. Me metía todo lo que pillaba por la cocina. Daba igual lo que fuera. Además, incrementé el consumo de tabaco. En cierta forma, me aliviaba chupar veneno. Hasta que un día, en una consulta rutinaria, me dieron dos malas noticias..."
J.S.B., existencialista gastronómico.